Alan Moore y Dave Gibbons crearon en los 80 un cómic que trascendió por encima del género y que se elevó para ser una de las obras escritas más importantes del sXX.
El guión de Moore merece miles de páginas de análisis, todos y cada uno de los personajes protagonistas tienen una profundidad pocas veces vista, se pueden estudiar desde distintos puntos de vista y sacar desde cada uno de ellos conclusiones interesantísimas, la trama, sobre todo en sus 2/3 primeras partes es así misma brillante, la presentación de los personajes y de las situaciones es resuelta de manera excelente. El final puede ser discutible, para mí es, por lo menos digno, pero también está abierto a todas las interpretaciones que se quiera.
Los dibujos de Gibbons acompañan perfectamente, son lo suficientemente vistosos y detallistas como para cumplir sobradamente, no llegan a la brillantez del guión de Moore, eso era casi imposible. Los fondos son también dignos de destacar.
Es una historia de superhéroes llevada más allá para hacerla tan cercana al mundo real que es para que muchos autores de novelas se lo hagan mirar.
Pese a algún fallo, es un comic brillante y tiene una planificación de las imagenes, con horizontalidad y verticalidad, tremenda.
ResponderEliminarDesde luego, es de destacar los famosos 9 paneles en que divide la página Gibbons.
ResponderEliminarEl cómic de "héroes/enmascarados/vigilantes" por antonómasia, es más, sería mi favorito de todos los tiempos si no existiera Maus de Art Spiegelman.
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