Ecologismo en la puerta del colegio

Antes de la crisis estaba muy de moda el tema del ecologismo, como no había preocupación para llegar a fín de mes se podía pensar algo más allá. ¿Qué legado le dejaríamos a las generaciones futuras? ¿Cuantos años le quedan a nuestro planeta? Esto hizo que la palabra ecológico se usara por parte de los fabricantes como reclamo, desde patatas a motores de automóvil, pasando por electrodomésticos, todos contribuían a hacer de nuestro planeta un lugar mejor.

Otra consecuencia de la época pre-burbuja fue que, casi todo el mundo que quiso (luego se vió que muchos no podían), se compró un coche de alta gama, un todo terreno o un monovolumen, es decir, tamaño o marca fueron objeto de concienzudo examen a la hora de adquirir un vehículo. Esta premisa no era reñida con la anterior ya que estos coches, como se ha reseñado, tenían motores ecológicos, consumían poco y prácticamente sembraban de flores los lugares por los que pasaban.

Vivo en una ciudad pequeña, cuyo diámetro, tirando para largo, no tiene más de 10 kms. El objetivo del artículo es señalar el caos que se monta, a primera hora de la mañana, en las puertas de los colegios, con los padres llevando en coche a sus hijos. La primera pregunta que se me ocurre al respecto es, ¿Es necesario?

Como digo, en la ciudad en la que vivo, de unos 50000 habitantes, prácticamente todos los lugares están, andando, a una distancia de como mucho, 30 minutos. Hay que tener en cuenta que uno de los factores que influyen más a la hora de elegir colegio es la cercanía al centro educativo. Es decir, en la mayoría de los casos, las viviendas de estas personas están a menos de 1 Km del lugar de destino. Es una ciudad de funcionarios, osea que, en un alto porcentaje, sus trabajos están en el centro, donde es muy complicado aparcar y además, al ser el centro de la circunferencia que forma la ciudad, está especialmente cerca de casi todos los colegios. Otro alto porcentaje, lamentablemente, son parados, así que no tienen necesidad de llegar al lugar de trabajo a una hora determinada.

Me niego a querer creer que se trata de un ejercicio de ostentación, sí, son coches de alta gama, pero fijándose un poco en la matrícula, se ve que son restos de un tiempo pasado mejor. Saquen ustedes sus propias conclusiones, reflexionen sobre el ecologismo, el empleo que se hace de los automóviles y la educación que le estamos dando a las nuevas generaciones.